El día de ayer falleció un periodista bastante conocido, a quien pocas veces yo escuché por televisión o por radio y menos seguí en su columna semanal, pero a quien recuerdo como conocido porque era mi vecino en la tradicional zona de Sopocachi
Y sinceramente, siento pena por su familia, no sé quiénes son, pero si recuerdo claramente a su esposa a quien yo veía con el Sr. Cayetano todos los domingos caminando
Pero lo que de verdad me llegó al corazón son sus palabras de despedida, las últimas palabras que compartió con sus seguidores (el artículo completo esta en este link http://www.cayetano-llobet.com/), en especial estas dos frases que dan vida a un sentimiento que llevo muy dentro en los últimos años:
“Confieso que nunca pretendí desafiar a la naturaleza, pero admito que, sin reto previo –lo que me parece injusto- me ha dado una lección de su invencibilidad. Y de un modo cruel, porque ha atacado uno de los flancos en que yo creía ser más fuerte “
“Muy especialmente, ante la desaparición progresiva de un horizonte de esperanza.”
La vida es muy corta aunque en el dia a dia parezca una eternidad. Y esta vida a uno le enseña que las cosas que uno creia que eran importantes no las habian sido asi, que hay otras cosas intangibles y sutiles que son las que realmente tienen valor(en este sentido uno va tomando conciencia de lo corta que es la vida, cuando uno ve que le falta tiempo para aprender esas cosas intangibles). Esto se comprende mejor cuando uno lee las ultimas palabras pronunciadas por los grandes hombres/mujeres de la historia.
ResponderEliminarEn sintesis: hay que aprender a vivir en paz con uno mismo y con sus semejantes, practicando pacientemente la tolerancia, la serenidad, la humildad, la devoción... de esa forma siempre seremos fuertes y tendremos esperanza por encima de lo bueno, regular o malo que nos depare la vida.
Y con relacion a Cayetano, todos los dias que se publicaba su columna la leía con mucho interes y al hacerlo me imagina sus caracteristicas gesticulaciones y forma de hablar, la forma de mover sus manos o la cara de seriedad que ponía. Por eso me gusto mucho lo que un colega suyo escribió en un periodico: "Cayetano no ha muerto...solo ha dejado de respirar"