Modernidad
Yo nací en 1975, así que mis juegos hacían uso del 100% de mi imaginación o la de mi papá
Recuerdo que a él le encantaba hacer títeres de papel periódico y mi mamá era la encargada de la elaboración de la vestimenta. Las caras eran un tanto extrañas, perdón por decirlo así, pero creo que hasta infundían un poco de miedo, con esas cejas gruesas y esas narices desproporcionadas. Y ahora que lo pienso, creo que esta actividad divertía más a mi papá que a mí
Pero ese no es el punto, el punto es que pasé mis vacaciones:
Montando una bicicleta que debíamos compartir entre 4 (mi hermano y mis dos primos), y cuando no estábamos sobre la bici, estábamos trepados sobre la rama de un árbol
O trenzando el cabello de mis barbies
O comiendo las uvas inmaduras de la enredadera de mi abuela
O escribiendo las mil y unas fantasías que cruzaban por mi cabeza
O viendo más de un millón de veces Peter Pan
Ya cuando crecí un poco más, mi mamá nos llevaba una vez a la semana a jugar juegos electrónicos, y yo puedo decir que llegué a dominar el arte del Pac Man
Pero eso era todo
Y cuando estaba en época de clases mis actividades eran el colegio, el ballet, el vóley, e inglés, muchos años después empecé con las clases de computación
Pero ahora veo, que las cosas son un tanto-bastante diferentes, y no digo que esté mal o bien, sino simplemente diferentes
Los niños viven conectados a algún aparato casi las 16 horas que están despiertos y porque no decirlo son mucho más inteligentes y despiertos que cuando yo tenía su edad (aunque muchos de ellos no sepan montar bicicleta y no tengan idea de lo que es Pac Man)
Lo que si reciento, es el hecho de que llenemos a los niños con datos y habilidades que probablemente les sirvan mucho a futuro, pero que estemos descuidando su capacidad de ser humanos, de sorprenderse con los paisajes, de que estén perdiendo la oportunidad de caerse trepando un árbol, tomar leche recién ordeñada o de ir a pescar con su abuelo