Muchas veces oímos la frase “después de la tormenta llega la calma”, pero esta paz parece que no llegará a muchos habitantes en Japón luego del terremoto-tzunami de marzo de 2011.
Unas semanas atrás un periódico japonés (Asahi Shimbun) publicó un artículo sobre las posteriores víctimas de esta tragedia, grupo conformado por los sobrevivientes, sin familia, sin casa, sin esperanza… gente que está sumida en una profunda depresión, soledad, que los conduce al alcoholismo, adicción a las pastillas para dormir y finalmente el suicidio
Y, si recuerdan las imágenes que se transmitían luego de la catástrofe, yo personalmente no vi a nadie llorar, ni quejarse
En una cultura donde el auto control y soledad es predominante y característico, se puede ver la gran necesidad de un abrazo, palabras y oídos que hagan sentir a “las víctimas que sobrevivieron” que aún hay motivos para seguir, que tienen un amigo que las puede acompañar y que la vida continúa
Estoy totalmente de acuerdo. Una persona no puede autodenominarse humano si es que no es capaz de motrar explicitamente (abrazo, palabras, lagrimas)su AMOR y sentimientos de UNIDAD a un semejante(s) en momentos de dolor o de pesares o de aflicciones o de angustias.
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