Definitivamente a diario somos testigos de muchos milagros, el hecho de despertar, valernos por nosotros mismo, trabajar…
Sin embargo creo que son milagros que dejaron de asombrarnos, porque nos acostumbramos a ellos
Y en esos momentos es que pedimos que un milagro de magnitudes gigantescas nos sacuda de este letargo de la rutina
Esto me hace recuerdo a algo que lei hace muchos años. Era un discipulo que le decia a su maestro...maestro dame poderes para poder hacer milagros y asi ayudar a mis semejantes...y el maestro le dijo: con todo lo que ahora ya tienes puedes hacer muchas cosas, puedes hacer verdaderos milagros por tus semejantes...
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