Todo empezó hace más de 20 años en las caderas, con dolor a los costados de ellas.
Algunos años después fue recorriendo la incomodidad al estómago, por las pastillas para apaciguar el dolor.
Luego, se apoderó de la garganta, en ella se creó un nudo por la incertidumbre de todo lo que pasaba.
Después el cerebro fue tomado, maquinando diariamente, procesando miles de datos y de información, creando ideas innecesarias y poco productivas.
La pierna derecha fue cómplice posteriormente, con ese tambaleo constante, lleva el ritmo del corazón, y aunque su intención no es mala porque sólo intenta sosegar, delata, porque transmite al mundo lo que el cuerpo lleva dentro.
La sangre se encargó de transferir toda la carga a los ojos, que supongo que por tanta agua salada que filtró todos estos años, cambió, distorsionó y se cayó. Haciendo que esa mirada que durante muchos años fue traviesa, hoy esté triste, transmitiendo pena y desesperanza.
Finalmente, tal vez por el peso de la mirada, los pómulos aumentaron de peso y cayeron, deformando la boca. Y ahora desdibuja una sonrisa invertida, como de caricatura.
Que felices son aquellas personas que tienen la genialidad y habilidad de poder expresar sentimientos profundos que llegan y sale del alma... porque finalmente llegaron a su destino.
ResponderEliminarTodo comienza en la mente, luego pasa a ser pensamiento y finalmente se traduce en palabras, verbales que se las lleva el viento o escritas que quedan y pueden ser compartidas con otros compañeros de viaje de cualquier parte del mundo.
Ni quiero imaginarme el dolor de aquellas personas que se pasan rumiando todo lo que se les queda en la mente o en sus pensamientos, dia a dia sin poder expresarlos ni explicitarlos; y que al no hacerlo no tienen la oportunidad de analizarlos y reflexionar sobre los mismos, que no tienen la oportunidad de buscar alternativas, explicaciones y de encontrar caminos para seguir adelante...